sábado, 11 de febrero de 2012

El sexto amanecer


El sexto amanecer
Álvaro Ancona

No soy creyente ni escéptico, sino todo lo contrario.


La Última Profecía de la Cuenta Larga

 “Habrá un nuevo Señor en esta tierra. Se afirmará con gran dolor el curso del Katún que viene, cuando acabe el tiempo que ha estado por encima del orgullo de los itzáes. Un tiempo de frescura sustituirá a un tiempo abrasador. Cuando haya terminado el Katún, se verá aparecer a los descendientes de los príncipes, cuyos rostros fueron estrujados contra el suelo, los que fueron insultados en su tiempo; y será una nueva cuenta y terminará la potestad de quienes hoy se autodesignan árbitros universales y solamente han traído el dolor y la guerra. Los grandes serán pequeños, los humillados serán otra vez grandes, y nacerá el primer hombre de la nueva Cuenta Larga, el sucesor del primer árbol de la tierra y amanecerá para los que crean, volverá a salir el sol y los mayas volverán a empezar”

Después de analizar los escritos de estudiosos a nivel mundial de la antropología, arqueología e historia, encontré la mayor objetividad y precisión en Thompson, pero también analicé los apuntes de Richard Mewaldt, del California Institute of Technology; de Robert Lin, de la Universidad de California; de astrónomos como Richard Berendzen y Bob Kjellming, del Observatorio Radioastronómico de Nuevo México, en Estados Unidos, y de muchos otros científicos que se han referido al tema.  Con la información resumida, empecé a cruzar las hipótesis acreditadas con los textos sagrados de los códices mayas.

Los resultados empezaron a aparecer.

El calendario de la Cuenta Larga de 5,125 días, inició su andar el once de agosto del 3114 A.C. y terminará, según Thompson, el 21 de diciembre de 2012 (fecha aceptada por la mayoría de los estudios), o el once de enero de 2013.

Algunos científicos aseguran que el once de enero de 2013, el sol pasará en su órbita elíptica, exactamente por el centro ecuatorial galáctico desde el punto de vista de la tierra. Un evento astronómico detallado con precisión en la cosmogonía sagrada de los mayas, que pronostica que el Dios Sol renacerá al coincidir con la cerviz estelar de la gran Madre galáctica, conocida como “El sendero de Xibalba”.

El once de enero de 2013, el sol renacerá parido por una matriz celestial durante el solsticio de invierno, día tradicionalmente asociado con el nacimiento de la luz después de la noche más larga del año.

Asombrosas coincidencias

El inicio de un nuevo día galáctico lo define la alineación del Sistema Solar con las bandas de más alta frecuencia de las Pléyades: Alción, Sirio, Arcturus, Orión y Andrómeda, simultáneamente con el solsticio y las siete lunas siguientes.

El día galáctico es un cinturón de fotones, una nube electromagnética o nebulosa dorada. La fecha prevista: once de enero de 2013. Teoría científica del cambio climático que relaciona la atmósfera con los ciclos planetarios solares y galácticos.
La nube de luz fue revelada cuando el célebre astrónomo británico, Edmund Halley, el del cometa, comenzó una serie de estudios sobre las Pléyades —las Siete Cabrillas de los incas— a principio del siglo XVIII.

Al unir la información astronómica, arqueológica e histórica con los códices mayas, surge en la mente el concepto de la convergencia armónica 2013.

Se acerca el día de la verdad, según los mayas, un tiempo nuevo para organizarnos en formas pacíficas de vida. Un inicio que excluye los engaños de los libros sagrados y de la civilización falsa de la Torre de Babel.
Una visión original que despertará a la verdad de la naturaleza humana. El 2013 marcará el inicio de una nueva etapa para la humanidad y el universo, el fin de la esclavitud del Falso Tiempo, creado por miles de años de civilización egoísta.

También, hay indicios de la Última Profecía maya en Palenque. El más interesante es el que se refiere al Templo de las Inscripciones en la tumba de Pakal Votan. Un reflejo imaginario y arquetípico del universo maya. 

Los mayas manejaban dos tipos de calendario. El cotidiano, conocido como el de la “Cuenta Corta”, que marca un año de 584 días solares, y el de la “Cuenta Larga”, que define de manera asombrosamente precisa, los ciclos y las eras de la humanidad y que vaticina también el final del tiempo en el 2013. Momento que marcará la fase final de una civilización global de la Era de Piscis, y el inicio de una nueva era de armonía en la que despertará la consciencia del amanecer galáctico y del sistema solar rehabilitado.

Lo asombroso: los estudios científicos más reconocidos en el mundo, coinciden con las profecías antiguas de los mayas. Las piezas del acertijo se ajustan de manera exacta.

Es un hecho comprobado que el sol ha estado comportándose de manera errática. En 2005 la Tierra fue alcanzada por una tormenta solar, la más violenta y misteriosa de los últimos cincuenta años. Un fenómeno que pulverizó los modelos de predicción de la ciencia. Los físicos solares observaron una ausencia total de manchas, algo que siempre anuncia la proximidad de una leve actividad solar que debía producirse entre 2005 y 2006, unos cuantos años antes del cataclismo previsto para el 2013, precisamente en la fecha en la que los mayas profetizaron el final de la Cuenta Larga del Quinto Sol y el comienzo de un nuevo ciclo cósmico conocido como el Sexto Amanecer.

Aparentemente, los mayas sabían cosas que los sabios contemporáneos  ignoran.

Lo que es un hecho, es que el calendario maya finalizará abruptamente el 11 de enero de 2013. Según la profecía maya, el sol recibirá un rayo proveniente del centro de la galaxia y estallará una llamarada radiante que provocará que las aguas de la Tierra se derramen en tsunamis incontrolables que precederán al nuevo ciclo cósmico.
El final de La Cuenta Larga vendrá acompañado de terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas y huracanes catastróficos.

Basta analizar científicamente las últimas dos décadas precedentes al día del Sexto Amanecer para justificar la teoría.  Según la profecía maya, el último Katún —tiempo de veinte años— inició en 1992, después de un eclipse total de sol que llegó puntual el 11 de julio de 1991.

En 1994, se produjeron importantes perturbaciones en el magnetismo de la Tierra, desorientando a las aves migratorias e incluso a los radares de los aviones.

En 1997, hubo tormentas magnéticas muy violentas y, un año después, la NASA detectó la emisión de un inexplicable flujo de energía, proveniente del centro de la galaxia.

El eclipse de sol del 11 de agosto de 1999, fue pronosticado con puntualidad por el “Chilam Balam”, uno de los  libros sagrados de los mayas.
Un mes después del eclipse, una misteriosa explosión espacial borró durante horas el brillo de las estrellas. Terremotos, inundaciones, incendios, explosiones, calentamiento global, erupción de volcanes, fundición de los glaciares, aparición de un nuevo cometa, la formación en el cielo de una extraña configuración astrológica con la integración de un signo nuevo, forman un complejo simbolismo que coincide con la Última Profecía de la Cuenta Larga.

El final del último Katún desafía a los humanos a decodificar los signos: ¿autodestrucción o transformación? 

La fecha prevista coincide con el pico del la actividad solar y con la segunda parte del tránsito de Venus. El ciclo de las manchas solares de once años de duración, ha provocado  siempre extraños fenómenos en la tierra y en los humanos que la habitan.

Y aquí surge la pregunta fundamental: ¿habrá alguna relación entre el calendario maya, la profecía, el ciclo de las manchas solares y el tránsito de Venus?
La ciencia responde. Uno de los tránsitos sucedió entre 1518 y 1526, años fundamentales en la conquista de México. Ningún historiador ha llegado a conclusiones precisas del porqué un puñado de conquistadores derrotó al poderoso Imperio Azteca. La clave está en una de las profecías, que anunciaba el regreso de Quetzalcóatl en el año uno caña, es decir, 1518. Quetzalcóatl era un Dios asociado directamente con Venus, y se presentaría como un hombre blanco y barbado. 

La llegada de los españoles coincidió con las profecías y bloqueó intelectualmente a los monarcas mexicas. Los sacerdotes habían detectado otras señales importantes, como la erupción del Popocatépetl, el avistamiento de luces en el cielo y el desbordamiento del canal de Xochimilco sobre la Gran Tenochtitlán. Señales del fin del Imperio.

Así fue, en efecto. La llegada de los españoles puso fin a la civilización de las pirámides.

Y siguen apareciendo las coincidencias y los presagios.

El inicio del tercer milenio trajo un incremento espectacular de las catástrofes naturales. Mientras más nos acercamos al 2013, la Tierra tiembla, se mueve, eructa nubes de ceniza, gas ardiente y lava.  Las erupciones volcánicas incrementan el efecto invernadero y el cambio climático. Aumenta la violencia de los huracanes.

¿Verdad o fantasía? ¿Ciencia o superstición?
El péndulo está oscilando.

7 comentarios:

escribes conmigo dijo...

solo nos queda esperar no falta mucho cada día estamos mas cerca.

hasta pronto Mario

Álvaro Ancona dijo...

No hay fecha que no se cumpla, mi estimado Mario.

Anónimo dijo...

Estimado Álvaro, Queríamos saber si existe la posibilidad de que nos regalaras un poco de tu tiempo para una entrevista para nuestro sitio de Poesía Interactiva http://latertuliadeloscuervos.com

Este es nuestro correo por si gustas escribirnos y hacerte llegar la propuesta formal.

Gracias de antemano y saludos.

Anónimo dijo...

Correo: tertuliacuervos@gmail.com

Saludos!

Julio dijo...

Inquietante, Álvaro. E interesante en todo. No tengo respuestas para las preguntas que dejas al final de tu trabajo, pero sigo ese péndulo.
Salud.

Julio G. Alonso

Julio dijo...

Inquietante, Álvaro. E interesante en todo. No tengo respuestas para las preguntas que dejas al final de tu trabajo, pero sigo ese péndulo.
Salud.

Julio G. Alonso

Julio dijo...

Inquietante, Álvaro. E interesante en todo. No tengo respuestas para las preguntas que dejas al final de tu trabajo, pero sigo ese péndulo.
Salud.

Julio G. Alonso