miércoles, 18 de junio de 2008

Códigos


El camino de regreso está plagado de símbolos.
El reto terminal es decodificarlos para darle sentido
al paso de los árboles y al vuelo de los pájaros
que van otra vez rumbo al verano mientras los
que vuelven enlodan la nieve con sus zapatos
deshechos de tanto subir laderas que no tienen cima.

Pasan sonrisas y vientos marinos con aromas de inocencia,
carros de bomberos y pistolas de agua para aprender a matar
a los fantasmas que se ríen de las balas de plástico.
Antepasados que salen de sus tumbas para darnos la bienvenida
con su sonrisa que perdió la carne y las ganas de morir.
Ideas del ayer, dioses de lodo, blasones y logotipos
imposibles de identificar con un parche de pirata.

No hay verdades, no hay mentiras, el final es relativo.
La santa vida y la santa muerte se unen en un rosario circular
que hay que rezar en contra del sentido de las manecillas
del reloj que se derrite como si fuera obra de Dalí.

2 comentarios:

escribes conmigo dijo...

BRAVO Álvaro:
increíble poema
nos regalas hoy
es uno de los
mejores que te
he leído.
Claro esta (a mí
gusto)
un placer leerte Mario

antonietta valentina bustamante dijo...

Surrealismo puro de la mano de Álvaro Ancona, maravilloso, con esa inteligencia emocional que posees y con madurez poética.

Mi abrazo de siempre a ti amigo querido