miércoles, 5 de noviembre de 2008

Anónima cobardía


Si me quieres lastimar, hazlo de frente
aquí te ofrezco el corazón desnudo
atrévete a ver el destello final de mi mirada
y el color de la sangre que incendiará tu infierno.

No me claves el puñal cuando te dé la espalda
es de cobardes atacar enmascarado
a quien quieres acabar porque te asustan
las palabras que te fueron denegadas.

Hunde la daga, que valor me sobra
para aguantar el peso del acero nuevo
sé valiente por un día, mira a los ojos,
dejaré mi puerta abierta y el farol prendido.

2 comentarios:

escribes conmigo dijo...

interesante tu poema,
tiene algo que atrapa de principio a fin.

un gusto leerte mario

Álvaro Ancona dijo...

Mario:

la puerta permanece abierta para ti.

Álvaro