viernes, 9 de julio de 2010

Fe de erratas a vuelapluma



Doña Prudencia era una dama de fe medioeval
temerosa de avernos ardientes y demonios escarlatas
virgen tenaz e inmutable durante siete veces diez años
que gastaba las tardes carcomiendo las cuentas
del rosario bendecido de periplo interminable.

Doña Esperanza era una dama de fe renacentista
veneradora de Copérnico y Galileo Galilei
amante irremediable de hidalgos y vasallos
que gastaba las noches subsanando los deseos
del amor infinito que colmaba sus sueños.

Al sepelio de doña Prudencia
acudió en persona el inquisidor del santo oficio
y las damas de la vela perpetua le imploraron
durante dos noches enteras.

Al velorio de doña Esperanza
llegaron los amantes, los juglares
y sus siete hijos que le cantaron
hasta que la recibió la tierra.

Doña Prudencia ha hecho sala de espera
en el purgatorio durante cinco siglos
rezando su rosario.
Doña Esperanza llegó al Edén prometido
desde el primer momento
con el salvoconducto del amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tres intiresno, gracias