viernes, 18 de marzo de 2011

Veintiuno de marzo en Chichén Itzá



Desciende la luz del sol con su casaca de sierpe
engalanada de plumas al pozo de los Itzaes
soplo de agua del cielo, mayorazgo de los dioses
las piedras de veinte siglos suspiran por su llegada
y danzan las nueve lunas períodos de gravidez
al son del canto divino que emana de un caracol.

Quetzalcóat —el que sabe— origina el equinoccio
baja a la sala de partos del más sabio de los días
hace el amor a la tierra fertiliza con su aliento
confirma los profecías, leyendas del quinto rey
que volverá del levante como estrella mañanera
y se convertirá en serpiente para renovar la vida.

2 comentarios:

escribes conmigo dijo...

Alvaro:

que bella poesía
Es en realidad todo un espectáculo el 21 de marzo en Chichen.

un placer pasar por aquí


Mario

Álvaro Ancona dijo...

Gracias, Mario. Los que hemos experimentado el equinoccio en Chichén podemos dar testimonio del milagro.