para Carlos Ancona después de treinta años
Decidió marcharse temprano,
pero dejó una estela de arpegios
para que halláramos el camino,
siguiendo la impronta de su violín
en los silencios del viento.
Había que traducir doce sonidos
y los códigos en blanco y negro del pentagrama,
para leer lo que no pudo,
o no tuvo tiempo de decirnos, pero...
ayuda mucho,
haber tenido un padre luminoso.
6 comentarios:
Álvaro:
veo que vienes de una familia de artistas por eso no es de extrañar que seas un buen escritor.
mario
Ésta muy bueno. No sabia que habia escrito el.
Alvaro Ancona Gamboa
Estimado Mario:
mi papá fue un espléndido violinista, y hasta la fecha la memoria escucha su música.
Gracias por tu compañía
Álvaro
Amigo, acabo de entrar por primera vez en su blog, y como ya le comente su poema en poesía pura, tan solo le voy a decir, que me dejo eclipsada la forma en que usted mismo se define, esa manera tan ecléctica de decir de uno mismo, todas las cosas que usted dice, creo que volveré muchas mas veces. Reciba mi más cordial saludo.
Hijo:
tu abuelo no escribía, tocaba el violín, pero dejó una importante herencia en la mirada de sus nietos.
Álvaro
Olga S. Isidro
Bienvenida seas. La puerta está siempre abierta para las poetas. En especial para las buenas, como es tu caso.
Álvaro
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