Caminan por las calles uniformados de niebla
fantasmas invisibles a la percepción humana
arrastrando cadenas inauditas y pecados transparentes
como su piel, que no sabe del calor del sol
o su pensamiento uniformado por el status quo
a fuerza de modelos de la academia pública.
Hombrecitos grises, color de anonimato
reverentes adictos a las ideas prestadas
portadores congénitos de la nada fulminante
pasajeros de barcos fantasmas
navegantes de mares sin rumbo.
Adónde piensan ir cuando termine la función
si ni Dios ni el diablo supieron de su existencia.
3 comentarios:
Álvaro:
Que poema tan reflexivo nos regalas hoy, mil felicidades esta increíble y filosófico.
Mario
Gracias, Blogueratura. Por ahí nos encontraremos.
MArio:
siempre es un placer encontrarte entre mis letras. Un abrazo.
Álvaro
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