Lo único que ambicionaba era
ponerle los puntos a las íes de la nostalgia
la crema a las úes de lo metalingüístico
decodificar lo indecodificable de los ayeres
desambiguar lo anfibológico
quitarle la camisa de fuerza a la insensatez
y ponerle la virgulilla a las eñes de la mañana
justo a las cero horas de la media noche
cuando la luna no reflejaba sombra,
pero el grupo de los tres cuerditos
aseguró que me estaba volviendo loco
y me encerraron en este sitio
donde los poetas entienden que los chiflados
son simples fulminados por la letra.
2 comentarios:
Ay Álvaro que buen poema, te acompaño en ese estado...de "fulminados por las letras", en la humildad d emi palabra, mi voz, mi poesía....
un beso amigo, cada día admirándote más.
AVA:
los que recibimos el rayo no tenemos otro remedio que pegarlia.
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