Percibe al cosmos desde la más pequeña de las ventanas,
ojo de cíclope de los cuatro metros cuadrados de su hábitat
y lo mira a través de seis barrotes de hierro, panorama
exclusivo de recluso condenado a prisión perpetua.
Se sabe culpable, lo dijo el jurado
se sueña inocente,
¿es acaso es pecado acuchillar a quien robó tu amor?
Ve el mundo desde su melancolía
desde la más húmeda de las soledades,
ha aprendido a contar horas, minutos y lágrimas,
a disfrutar el albor de los amaneceres
y a calcular la tragedia de los ocasos,
a recitar poemas labrados en su evocación
y a paladear sabores conservados en su recuerdo.
Ve el mundo desde la más pequeña de las ventanas
pero en ese minúsculo cuadro pintó algún genio
la obra maestra de la luna llena y las estrellas
y el día de su cumpleaños como regalo original
un arcoíris de siete colores, sólo para él.
4 comentarios:
Soledad!
Tristeza!
bello poema!
un abrazo
¡Álvaro! Esta prosa poética es una maravilla. Inspiración, originalidad, reflexiones profundas, no falta nada. Y no, pienso que no es pecado matar al que te roba tu amor; al menos debes estar enajenado, incapaz de razonar, ciego de furia y tristeza...
Y la recompensa es el cielo estrellado, la luna...¡y un arco iris personal para su cumpleaños!
GENIO!!! Es un lujo pasar por tu espacio, lo debo hacer con mayor frecuencia. Abrazos!
PD: Oscar Wilde, con su famosa balada, es un poroto al lado de este escrito.
Mery Larrinua:
la belleza habita en la mirada del lector. Gracias.
Sylvia:
tu generoso comentario es un acicate para seguir pegándole a la letra.
Gracias.
Álvaro
Publicar un comentario