No es un escritor, imposible serlo,
quien no se atreve a correr las viejas cortinas,
que detrás de las cortinas de estreno
obstruyen la vista de los tres tiempos;
quien no puede contar árboles en palabras
ni atrapar con sus redes de plata
las metáforas del alba.
No es un escritor, no señor,
aquel que se ahorca cada mañana con una corbata
de seda, se afeita con el filo de su portafolios de piel
de cocodrilo en vías de extinción
y seduce a los relojes con exactitud
de burócrata crepuscular.
No es un escritor, cómo podría serlo,
quien no puede decodificar los signos del canto de los pájaros
madrugadores, ponerle los puntos a las íes del horizonte,
seducir con sus dotes de encantador de serpientes
a las nueve helenas que lo esperan desnudas,
ni quien fuere incapaz de morder el polvo de los libros viejos
en la biblioteca apolillada del abuelo.
Alguien sordo al canto sinfónico de las sirenas,
ciego ante la sonrisa de los arcoíris y los rubores azules del mar,
mudo ante los cinco mil años de perfidia histórica
que la palabra ha conservado en la memoria colectiva,
insensible ante la risa de los niños que no aprendieron a reír
y anósmico ante la oferta del pan recién horneado
y del vino de año non que lo convoca…
no es un escritor,
nunca podrá serlo.
1 comentario:
Imposible dejar pasar este aporte sin dejar un comentario elogioso en él. Valoro sus rica imaginería, las palabras justas, la fluidez armoniosa que las une. En verdad, honro en tí a quien SI es un logrado escritor. Te dejo links de un par de blogs donde participo, abierto a recibir en ellos tus comentarios y sugerencias. Un cordial saludo! Gustavo http://lobigus.blogspot.com/ http://raguniano.blogspot.com/
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