Como no puedo verte de cierto,
debo intuir apoyado en la verdad de tus palabras
si son tus pechos de la justa medida de mis manos,
si tus ojos tienen los matices de la espera y
si tu boca tiene el sabor de aguardiente caribeño
que me embriaga cuando a la luna
no le cabe un gramo más de luz.
Como no puedo olerte de cierto,
debo descifrar si la insensatez a contrapunto,
y el aliento a naranja de acordes desafinados
que me traen los vientos perdidos de tu huerto,
son una ilusión de mis estados delirantes
por la distancia y por el tiempo.
Como no puedo poseerte de cierto,
debo imaginar antes de cerrar los ojos cada noche
una sonrisa que de tan bella tiene que ser cierta
y un aroma que de tan cierto tiene que ser bello
inventando las notas que tu ausencia armoniza
en clave de sol debajo de mi ventana.
Como no puedo detener el tiempo de cierto,
debo aprender a esperar la coincidencia
entre mis deseos,
mi locura
y tu bitácora de miedos.
Pero mientras los dioses arrojan los dados a la mesa
te cambio mis poemas por tu incertidumbre
mi futuro por la revolución de tus sentidos
y mi alma, por el resto de tu tiempo.
2 comentarios:
Bello poema que nos
regalas, pleno de colores
aromas y armonías.
Un gusto de pasar a leerte
Mario
Mario. Es mi tarea de hoy, ja ja. Estoy tomando un diplomado en letras. Un abrzo.
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