Del taller de letras
- El adjetivo
Su misión en la vida:
Cuando son DETERMINATIVOS: (no describen al nombre, sólo lo
señalan) su trabajo consiste en:
Modificar al sustantivo, volverlo egoísta, (posesivo),
propietario, dueño: mi amante, nuestro amor, un amigo mío.
Señalar la distancia, ubicarnos, (demostrativo), caminar de la
mano del sustantivo para ubicar a un objeto. Este libro, Aquel
árbol.
Dar elegancia y sintetizar, (relativo), la amiga cuyo
poema estoy leyendo, se llama María.
Ponerle número a la casa; (numerales). Tengo tres novias, medio
kilo de mota, soy el primer hombre en su vida (ja ja).
Cuando se tornan CALIFICATIVOS, atacan al sustantivo, lo cambian,
lo describen.
Todo mexicano debe tener:
Una buena mula, y una buena vieja,
pero es importante
que la mula no sea muy vieja
y que la vieja no sea muy mula.
Es tan metiche el adjetivo calificativo, que modifica sin su
consentimiento al sustantivo, lo describe, lo diferencia de los otros. Un árbol
está desnudo sin calificativos, porque puede ser un árbol grande, añoso, hermoso, lleno de nidos. En
ocasiones es flojo y se apocopa, entonces es un gran árbol, con cualquier
pájaro cantando. A veces cambia de sentido según su ubicación y convierte a
un pobre hombre, en un hombre pobre.
Por último, se tornan los adjetivos en nacionalistas, delimitan frontera
y defienden la soberanía, (gentilicios), y entonces un hombre se vuelve mexicano,
y una canción argentina.
El adjetivo le pone color y sabor a la palabra, convierte a un simple
satélite como la luna, en un ícono amoroso, y define el bien o mal escribir.
También se vuelve lugar común, o frase manida, (tus labios de rubí, los senos
turgentes), y convierte en cursi y almibarada la poesía. Reviste al sustantivo
dentro del contexto que le corresponde, define la forma del objeto, es su
vestido, su maquillaje, da belleza o destruye.
1 comentario:
Probando, 1, 2, 3, probando.
Publicar un comentario